Tranquilos queridos amigos, no voy a escribir sobre la insoportable Blow Up, no no no, quitarle el Up y os quedará una filme bastante apañadito, entretenido y hasta melancólico.
La película esta dirigida por el malogrado Ted Demme, el cual consigue meternos en la piel de George Jung, un jovencito de una familia arruinada de la costa este que decide mudarse a California a probar suerte. El actor encargado de meterse en su piel es el (siempre bajo mi extraña opinión) talentoso Johny Deep, un actor de mil caras y que ha conseguido emocionarme en muchos de sus papeles. El joven George acompañado del gran (en el sentido literal y explicito) Ethan Suplee llega a California y se mete en el mundo de la droga, acaba en la cárcel donde conoce a Diego, interpretado por un, extrañamente en este caso, sobresaliente Jordi Mollá. Una vez en libertad ambos se meten en un oscuro negocio de drogas que os dejaré descubrir cuando veáis la película.
El argumento es una historia real. La historia nos sitúa en pleno estallido de la droga en los 60 y 70 de los Estados Unidos, nos muestra la parte cómoda de este mundo; el lujo, el dinero rápido y fácil y una vida de excesos. Aunque también nos muestra el destino al que te lleva esta vida; La muerte o la cárcel.
Es una historia enternecedora en la cual George tarda 40 años en darse cuenta de que el dinero fácil y el ser el mejor no es lo importante, y que ambicionar el mundo sin tener el talento de conquistarlo es una quimera que puede acabar con tu vida.
Que esta película consiga transmitir se debe gracias a una soberbia actuación (una más) de Johny Deep, el que se marca un espectacular papel durante una hora y media. También actúa como madre pasional y toxicómana Penélope Cruz, la cual me deja ese sin sabor de casi todas sus películas. Aparece Ray Liotta, que realiza un notable papel como padre de George.
Lo dicho; apañadita, bonita y entretenida. Una buena película
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