El director de cine contemporáneo con sabor a cine clásico, Clint Eastwood, sigue dejándonos boquiabiertos con cada una de las historias de la américa real que traslada a la pantalla. Gran Torino es una historia tan estremecedora como cotidiana en ese vasto país que es EE.UU. En un país donde la mezcla de razas provoca tantos sentimientos de odio y tanto miedo entre las personas, el tito Clint nos trae su particular western de los barrios de norteamérica.
Eastwood se mete en la piel de Walt Kowalski, un llanero solitario en un barrio en el que George Bush necesitaría al Equipo A como escolta para moverse por la calle. Veterano de guerra y muy tradicional, Walt, vive en un continuo refunfuño. La muerte de su esposa acaba con su vida, y no sabe que las personas más inesperadas van a volver a dársela. Los nuevos vecinos, una familia de asiáticos de la etnia "mon", entablarán una curiosa relación con su tradicional "neighbour".
A partir de ahí, la historia ofrece la posibilidad de ver a Clint poniendo las caras más amables y también las más amargas. El racismo, los jóvenes que se pierden en las bandas callejeras, los prejuicios... la américa real de manos de un genio del cine como Eastwood. Clint ofrece una interpretación más que correcta, acorde con su físico y con su trayectoria. Es como si Harry Callahan, William Munny, o todos los pistoleros del desierto de Tabernas, se hubiesen retirado y miraran con asco y frustración la mierda de vida que les jode la vejez. Con ese lenguaje tan duro es como se retrata la película. Eastwood no hace concesiones, todo directo, como su cine, directo y elegante. La cámara no tiembla y Clint nos vuelve a demostrar por qué es el mejor disparando tras y delante de ellas. El resto del reparto muy correcto, desde el joven cura que "no sabe nada de la vida", hasta los hermanos "mon" y el peluquero "espaghetti". Buena banda sonora del hijo de Eastwood y una fotografía muy cuidada como en todas las películas del director.
Una peli para ver con garra, de esas que te enganchan, que no te sueltan, te vapulean al final y te provocan en el nudo. Hay tiempo para las risas, para la tensión, y para la lágrima, por qué no. Una buena velada con Clint sin dudarlo, no será su mejor película, pero es puro Eastwood, es la américa real.
¿Qué tramáis morenos?
Clint Eastwood no tiene caras amables xD
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